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75º CAMPEONATO ABSOLUTO DE MADRID

ATUCHA Y CARRETERO SE CORONAN EN EL CLUB DE CAMPO
Mon Oct 18 15:39:16 CEST 2021

¡Qué grande es el tenis! Con estas palabras de Pablo Carabias, conductor del acto, empezaba la ceremonia de entrega de trofeos de las finales individuales de los LXV Campeonatos Absolutos de Madrid celebradas en las cubiertas del Club de Campo Villa de Madrid. Y no era para menos porque acabábamos de vivir dos finales inolvidables, épicas; dos partidos para el recuerdo que quedarán para siempre en la memoria de los que tuvimos la suerte de estar allí y, por supuesto, en el corazón de sus protagonistas.

Después de una fase previa disputada en FTM Fuencarral, el Club de Campo Villa de Madrid acogió, desde el lunes 11, los partidos de fase final, llegando a una gran jornada de sábado con las semifinales individuales y las finales de dobles, así como de Consolación en juego.

Empecemos por la Consolación. Sergio Barroso se impuso en un disputado encuentro a Pedro Castillo por 7/5, 5/7 y 10/6. Previamente, el viernes, Clara Obispo había hecho lo propio ante Celia Campo 6/1 y 7/5 en la Consolación del cuadro femenino.

En el dobles masculino, victoria de Quino Muñoz/Pablo Carretero imponiendo su veteranía ante Asier Pascual/Jaime Galligo por 6/2 y 6/4. En el dobles femenino, Ainhoa Atucha/Vitoria Solís impidieron que Alba Escalona/Jazmín Britos se hiciesen con su tercer título consecutivo al batirlas por un doble 6/4. Con ese triunfo, Vitoria Solís consigue títulos de Madrid de dobles en cadete, júnior y absolutos, consagrándose como una de las grandes doblistas del tenis madrileño.

Y finalmente, para cerrar el doble, en la final de mixtos, título para Alba Fernández y Quino Muñoz ante María Obispo y Pablo Manzano por un doble 6/1 inapelable. 

En semifinales individuales,  Rocío de la Torre y Ainhoa Atucha se metieron en la final al batir, respectivamente, a Claudia Martínez de Velasco (6/0 y 6/1) y Lidia Moreno (7/5 y 6/1). En categoría masculina, Pablo Carretero superaba con claridad a Víctor Arribas y Emilio Rodríguez cumplía los pronósticos ante Raúl Blanco.

Las finales del domingo se celebraron a las 13:30 en las pistas cubiertas debido a la lluvia caída la noche anterior en Madrid. Nadie tenía ni idea de la locura de tenis que íbamos a vivir durante casi tres horas de épica tenística.

En la final femenina, un emocionante primer set se resolvía agónicamente para Atucha por 7/6. En el segundo set, parecía que todo estaba encarrilado con Atucha dominando por 5 /3, pero empezó a acalambrarse en la pierna izquierda, a perder movilidad. Tuvo dos bolas de partido, pero De la Torre se agarró a la pista e igualó a 5. Parecía que era su momento, pero no fue así: el siguiente juego, cargado de tensión, fue para su rival, que sacaba para el título, necesitando antes los servicios de fisioterapia para la otra pierna.

La situación era dramática: una jugadora acalambrada ante una rival a la que nunca había ganado. La tensión es máxima, tremenda y vivimos uno de los juegos más épicos e increíbles que nunca se hayan jugado... Un juego que lo tuvo todo, un juego que para una jugadora muy tocada físicamente que sabía que era ahora o nunca . Un juego en el que dispuso de hasta ¡doce match balls! para hacerse con el partido, con cinco bolas para que su rival la llevase al set de desempate. Bolas a la línea, bolas que tocaban la red y pasaban muertas al campo del rival, rotura de cordaje en pleno tanto, espectaculares golpes ganadores y fallos inexplicables debido a la tensión. Casi un cuarto de hora de locura tenística, de drama, que se resolvió cuando De la Torre dejó una derecha en la red, dándole el título a una Ainhoa Atucha, que, cuando se acercó a la red a dar la mano a su rival, arropada por los aplausos del público, reflejaba en su rostro todas las emociones vividas.

Y, si la final femenina fue indescriptible, la final masculina fue una oda al tenis, a la garra, al pundonor, con dos jugadores absolutamente entregados, que nos dejaron momentos de un tenis brillante, excesivo. Demostraron un tenis de altísimo nivel.

Un primer set de gran calidad cayó del lado de Emilio Rodríguez, que supo jugar mejor los puntos decisivos, tirando de veteranía y galones ante su joven rival, imponiéndose por 6/4.

En el segundo set, ventaja inicial para el veterano jugador del CT Móstoles: con un 2 a 0 parecía que encarrilaba el encuentro. Pero le llegó un bajón fisico debido a la sobrecarga de partidos. Y Pablo Carretero no es de los que se rinden. Tirando de casta, luchando cada punto, devolviendo bolas “indevolvibles” dio la vuelta al partido llevando el encuentro al desempate. Allí, siguió el espectáculo “Carretero” ante un rival que veía como tenía que ganar los tantos tres veces ante el despliegue de facultades, ante el derroche de fuerza y movilidad con que se enfrentaba. Un 5 a 2 arriba para Carretero y parecía el partido esta sentenciado.

Pero Emilio Rodríguez no estaba de acuerdo. A base  de clase, de veteranías de recursos, en un supremo esfuerzo, dio la vuelta al partido, 5 a 6 y sacó para ganar. Era un momento en el que cualquier otro jugador que no tuviese la casta de Pablo Carretero hubiese pensado que ha hecho lo que ha podido, que ha estado cerca, pero Pablo no. Con un juego increíble, defendiendo cada punto heroicamente, rompe a su rival.

Llegamos al tie-break, al momento de la verdad. Era un duelo de voluntades, de poder a poder. Y con un juego espectacular, Emilio Rodríguez consigue poner el desenlace de cara 5 a 3. Pero esto es tenis y cuatro increíbles tantos seguidos de su rival, cuatro tantos jugados al borde del abismo, daban la victoria a un Pablo Carretero que se fundía en un abrazo en a red con su rival, amigo y antiguo entrenador, con el público aplaudiendo y tratando de reponerse de las emociones vividas en un partido para la historia.

Y llegó el turno de la entrega de premios, que contó con la presencia de Tati Rascón, presidente de la FTM y de Antonio Zapatero, delegado de Tenis  del Club de Campo y vicepresidente de relaciones institucionales de la FTM. Una entrega de premios emocionante y el mejor cierre a una tarde en la que el tenis fue protagonista con MAYÚSCULAS.

Así lo contaron sus protagonistas:

  • “Enhorabuena a mi rival, que se lo ha merecido y, por mi parte , no ha podido ser, pero espero volver a intentar llegar a los nueve títulos” (Rocío de la Torre).
  • “Es la victoria más importante de mi carrera. Ganar el Campeonato de Madrid, batiendo a Rocío por primera vez… El tenis al final te recompensa” (Ainhoa Atucha).
  • “No me gusta haber perdido, pero si alguien me tenía me ganar me alegra que haya sido Pablo Carretero, un gran chaval a quien entrené hace algunas temporadas y que es un ejemplo de entrega, lucha y trabajo. ¡Te lo mereces!” (Emilio Rodríguez).
  • Este campeonato era uno de los objetivos de este año y me he quitado la espina del año pasado. Es un triunfo muy especial ante Emilio, que fue mi entrenador de pequeño. Y es mi forma de jugar, dar mi cien por cien, vaciarme al máximo… Al final, compensa” (Pablo Carretero).

Muchas gracias a las instituciones (Ayuntamiento y Comunidad de Madrid), al Club de Campo Villa de Madrid, a las empresas (Volvo, IMQ Ibérica, Dunlop, Tennislife y America Interntional) que hacen posible el torneo. Y, por supuesto, a Pablo Pita, director del torneo; al equipo arbitral dirigido por José Sanchez Pato y Carmen Heras; a VTS Servicios Técnicos, encordador oficial; al equipo de mantenimiento del Club de Campo Villa de Madrid, siempre dispuesto; a la fisioterapeuta Celia y al fotógrafo César. Y, por supuesto, a todos los jugadores, que son los verdaderos protagonistas.

El tenis madrileño tiene dos nuevos nombres en su historia: Ainhoa Atucha y Pablo Carretero.

¡Enhorabuena!

 

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