Le pudimos ver en las gradas del Open de Australia, atento a la gran actuación de su jugador McKenzie McDonald, que le llevó hasta la cuarta ronda del abierto “aussie”.

Allí estaba Jaime Pulgar, uno de los grandes responsables de la magnífica campaña del jugador americano que, después de haber estado 57 de la ATP en el 2019, se rompió el isquiotibial sobre la arcilla parisina ese año, estuvo ocho meses en el dique seco y, después de un complicado 2020 debido a la pandemia y jugando con ranking protegido, en Roland Garros 2020 empezó a entrenar bajo la órdenes de Jaime, intentando volver a meterse arriba.

Una colaboración que se gestó tras su etapa como assistant coach universitario de Jaime en los Mustangs de la Southern Methodist University y de su trabajo con la jugadora ex Ucla, Chanelle Van Nguyen, novia de McDonald, a la que llevó al puesto 424 WTA y fue su contacto con el jugador.

Una colaboración que empezó con McDonald situado en el 270 ATP y que, después del AO, le va a llevar al 130, con serias opciones de recuperar su sitio en el Top 100.

Así, estamos seguros de que Jaime Pulgar, “Jimbo” para los amigos, ha sabido transmitirle tanto su gran experiencia tenística como su ética de trabajo, que le permitió, tras una exitosa carrera en la liga universitaria americana, en su posterior etapa en el tenis profesional llegar a estar 296 del ranking individual de la ATP y 274 en dobles.

Por ello, en   nombre de la Federación de Tenis de Madrid y de todo el tenis madrileño... ¡Enhorabuena, Jimbo! Y a seguir luchando por tu sueño.