El tenis español ha seguido sumando en el medallero de unos Juegos Olímpicos: en Paris con el murciano Carlos Alcaraz (plata individual) y con la castellonense Sara Sorribes y la cántabra con licencia madrileña Cristina Bucsa.
Bucsa, que cayó en dieciseisavos de final individual, continuó formando exitoso dúo al lado de Sorribes. Ambas conquistaron el WTA 1000 de Madrid este mismo año.
Las doblistas del equipo olímpico español entraron en Paris como pareja número 8 del torneo.
Debutaron en dieciseisavos de final imponiéndose al tándem italiano formado por Bronzetti y Cocciaretto, a las que derrotaron por 6-1 y 6-2.
A continuación, vencieron a la dupla argentina Carle-Podoroska por 6-3 y 6-4, para reafirmarse como una de las ocho mejores parejas de los Juegos de París.
En cuartos de final vivieron un disputadísimo encuentro frente a las ucranianas Lyudmyla Kichenok (7ª doblista del mundo en 2023) y Nadiia Kichenok, que habían sacado del cuadro a las chinas Wang y Zheng y a las estadounidenses Collins y Krawczyk, pareja número 4 del torneo. Ganaron las españolas el primer set por 6-3. Sucumbieron en el segundo por 2-6 y se rearmaron con acierto en el súper tie-break para acabar ganando por 12-10.
En semifinales, las rusas Mirra Andreeva y Diana Shnaider, que habían eliminado en dos sets a las checas segundas favoritas Krejcikova-Siniakova, enviaron a la pareja española a la lucha por el bronce.
Sorribes y Bucsa entraron a su final con toda la convicción y juego para alcanzar el metal. Y tras un brillante partido ante las checas Karolína Muchova y Linda Noskova, que cerraron con doble 6-2, se colgaron la medalla de bronce en el estadio Philippe Chatrier de Roland Garros.
El tenis español suma ya 15 preseas olímpicas (2 oros, 8 platas y 5 bronces, las de dobles, obviamente, duplicadas) logradas por 19 jugadores; siendo la de Sorribes y Bucsa la octava medalla que se lograba en la competición por parejas, la quinta de una dupla femenina.
Entre los éxitos previos del deporte madrileño hay que destacar el oro individual de Manolo Santana y la plata en dobles junto a Juan Gisbert en México 1968, cuando el tenis entró como deporte de exhibición; la plata de Emilio Sánchez Vicario, en dobles junto a Sergio Casal en Seúl 1988, y las también medallas de plata de Virginia Ruano, junto a Conchita Martínez en Atenas 2004 y con Anabel Medina en Pekín 2008. Emilio y Virginia están, además, entre los ocho tenistas españoles con más participaciones (tres) en Juegos Olímpicos.
Cristina Bucsa reconoció al finalizar: “Es un gran honor conseguir otra medalla para España. El trabajo que hemos tenido, con nuestros coaches, con Anabel (Medina) que nos ha guiado toda la semana, ha funcionado. Estamos agradecidas por estar aquí en los Juegos Olímpicos, y por ganar la medalla”.
* Foto RFET/COE/ITF/Dubreuil/Kopatsch/Zimmer