De ganar el trofeo de dobles en el WTA 500 de Monterrey a alcanzar la segunda ronda del US Open en menos de 48 horas. A veces el tenis tiene estas cosas, que no tienes tiempo ni de celebrar los títulos.

Hace apenas dos días, en la noche del sábado, Cristina Bucsa celebraba junto a la estadounidense Nicole Melichar-Martínez el título en el cuadro de parejas del torneo mexicano, y en la mañana del lunes en Flushing Meadows, la tenista cántabra con licencia FTM saltaba a la Pista 13 para debutar en el último Grand Slam de la temporada.

La empresa de Bucsa no era nada sencilla. Claire Liu jugaba ante su público, había superado la fase previa sin ceder sets por el camino y por tanto venía más rodada y aclimatada a las condiciones de Nueva York. Su posición en el ranking mundial -371 WTA- podía ser engañosa, ya que en su etapa júnior demostró talento al alzarse en 2017 con el título sub18 en Wimbledon y siendo finalista en Roland Garros en la misma categoría.

Sin embargo, Bucsa, que apenas tuvo tiempo para hacerse a las condiciones del último major del curso antes de saltar a pista, salió al partido con un plan de juego claro: apoyarse en un buen servicio y proponer intercambios rápidos, que sacaron enseguida de punto a su rival, que se desangró hasta cometer 33 errores no forzados.

La cántabra rompió hasta en cinco ocasiones el saque de Liu y solo concedió dos pelotas de break, salvando ambas y cerrando el partido al resto por un marcador de 6-2 y 6-1. En segunda ronda, Bucsa se las verá con la joven promesa de tan solo 20 años Alexandra Eala. En la ronda precedente la filipina sorprendió a la número 14 del mundo, la danesa Clara Tauson, a la que venció por un ajustadísimo 6-3, 2-6 y 7-6(11).

*Foto US Open/Jeff Dean