No era un tema fácil, pero está claro que al madrileño Javier Martí le gustan los retos y sabe cómo afrontarlos.

Pues está claro que pasar de jugar del Circuito ATP a entrenador del Circuito WTA y debutar con una jugadora como Paula Badosa, era una apuesta valiente… y arriesgada.

Así, al madrileño Javier Martí, que fue 170º del ranking ATP en 2012, pero al cual las continuas lesiones le han impedido alcanzar todo lo que su trayectoria prometía, se le planteó en otoño de 2020 una difícil decisión: intentar volver al circuito, contando con ranking protegido, en un momento en el que se encontraba con confianza en su juego, o aceptar la oferta de Paula Badosa y convertirse en el nuevo entrenador de una jugadora que lo tiene todo para seguir escalando posiciones en el ranking WTA y llegar muy, muy alto.

Decidió lo segundo. Le costó. Pero pesó en su decisión su maltrecho codo con seis operaciones a cuestas y el potencial de una jugadora que desde el primer momento mostró unas ganas enormes de trabajar, así como la oportunidad de iniciar un nueva y apasionante etapa en el deporte que ha sido y es su vida desde que ganó el Magdalena Fernández hace muchos, muchos años.

Y, visto lo visto, acertó. Debutó en su nuevo rol en Roland Garros 2020, el mismo torneo que presenció su debut como jugador en Grand Slams con 19 años, llevando a Paula a octavos y, recientemente, tras ocho meses de duro trabajo, su jugadora se metió en semifinales del WTA 500 de Charleston, eliminando en su camino a la número uno del mundo, la australiana Ashley Barty.

Sin duda, la confirmación de un gran trabajo realizado y la promesa de otros éxitos que, con esfuerzo y compromiso, marcas de la casa, estamos seguros de que llegarán.

Fotos: Javier Martí