El árbitro madrileño José Miguel Sierra formó parte del equipo de Jueces de Línea de la histórica final masculina de Roland Garros disputada el pasado domingo, en la que Rafael Nadal logró el 10º título de su carrera. Ha sido su segunda final consecutiva en París, y tercera de Grand Slam tras arbitrar también en la del Open de Australia de 2013.
José Miguel Sierra, Juez de Silla Chapa Bronce, superó todas las evaluaciones a las que son sometidos los Jueces de Línea tras cada partido, en un exigente proceso de selección hasta llegar a la final.
En esta edición del Grand Slam francés también estuvo trabajando el madrileño Pablo Rodríguez, y ambos ejercieron durante el torneo funciones de Juez de Silla y Juez de Línea.