Su caso era el caso de muchos padres que llegan a nuestro deporte por sus hijos. Empiezan llevándoles a torneos, se van metiendo poco a poco y acaban aportando mucho a nuestro tenis. En este caso, muchísimo.

Así entró José Luis Augusto Gómez en el tenis madrileño: de club en club, de torneo en torneo, apoyando la gran carrera de su hijo Álex, cuya brillante trayectoria le convirtió en un jugador puntero en categorías juveniles y le llevó a jugar la liga universitaria en Clemson.

Allí estaba siempre Augusto, con una sonrisa, con un talante abierto, divertido, dispuesto a colaborar y a echar una mano a nuestro tenis en lo que hiciese falta.

Su capacidad de comunicación, su empatía y su capacidad de trabajo eran excepcionales y en la FTM tuvimos la gran suerte de contar con su colaboración desde el 2010: primero de forma informal y puntual, más adelante como directivo y Coordinador General de la FTM en una primera etapa y, finalmente, como presidente del Comité de Marketing, dejando una gran huella con su trabajo.

Todos recordamos su presencia en entregas de trofeos de múltiples torneos, en el Salón de la Fama, sus consejos, sus aportaciones y, sobre todo, su espíritu, siempre positivo.

Por ello, desde la FTM queremos expresar nuestro pesar por la pérdida de un gran hombre, un gran amigo de nuestro tenis.

Usando el “ilustre”, que era su peculiar forma de saludar a todo el mundo, nos despedimos de él con todo el cariño.

“Hasta siempre, “ilustre”. ¡Gracias por todo!

DEP José Luis Augusto Gómez.